Tuve un sueño...


Uno de mis sueños era conocer a Alexander McQueen y trabajar para él. Después de intercambiar información creativa, intercambiar emociones y enamorarnos. Casarnos y vivir en un castillo en medio de Tokio con tapizado que imita chips technos y decoración barroca. Criariamos aves y aprenderíamos cada día más de tecnología. Tendríamos 2 hijos robots que vestirían sus diseños a diario y sombreros de Philip Treacy y seríamos felices para siempre. Pero, Alexander tenía otros sueños, sueños que no me incluían. A él la muerte lo sedujo y él se fue con ella.

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